
En noche de luna pálida
divaga mi mente en la estela de plata
que mece
en su ondulante vaivén
mi nostalgia.
Espejo del tiempo que me trae
penas y alegrías pasadas.
El correr de los años inexorables
que deja tantas cosas en la distancia.
Contemplo impávida
deseos oníricos de antaño,
lo que habitó mi mundo
y llenó mi espacio.
No volvería si pudiera,
todo lo pasado fue necesario
pero envidio hoy la emoción,
la incertidumbre
que provocaba en mí entonces
cada paso.
Mariant Íberi.
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