En este caminar pausado, sereno
de pronto me ha invadido el recuerdo
de aquel sin esperanza que fue mi tormento
el sabor de la amargura de cada encuentro.
He mirado como ajena el esfuerzo vano
de alejarte, donde la voluntad cedia
como una montaña de naipes
barrida por el viento.
Fantasias ilusas las veo hoy
asombrada de la visión que muestran
las heridas cuando curan.
Tanto dolor llenó mi pensamiento
tu imagen que era para mi
dulce fruta que amarga
se tornaba luego.
Hoy la realidad me muestra
que aquel amor que sentí
siempre fue agua entre los dedos.
Asaysa Heras
No sé que hay tras el recodo del camino.
Hace 9 años