Un andariego no posee apenas nada, llega a los lugares con la mente y las manos abiertas para conocer y aprender de las gentes.
Es la libertad sin ataduras con sólo la sonrisa por bandera, sin más meta que seguir al viento con la inquietud y la sorpresa de saber donde le lleva.
No sé que hay tras el recodo del camino.
Hace 9 años
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